ESPAÑA. – Cuenta la leyenda que hay leyendas… que no se pueden contar. La de Karim Benzema, uno de los mejores delanteros de la historia del Real Madrid, es de fácil explicación ya que simplemente narra la historia de un joven de 21 años que aterrizó en Madrid en 2009 para regalar al madridismo 14 temporadas de un fútbol único.
Un 9 con alma de 10 que no dudó en demostrar, por activa y por pasiva, que el truco se puede aprender, pero que la magia hay que tenerla. Estrellas hay muchas, iconos muy pocos. Y Karim prefirió ser de esa clase de futbolistas que tan solo hablan con el balón.
“El fútbol ha crecido tanto gracias a jugadores como Karim. Hemos disfrutado de su magia y de su talento. Ha marcado muchos goles, pero ha sido un hombre generoso y siempre con la idea de ayudar a los compañeros”, aseguró antes del pitido inicial Emilio Butragueño, quien encontró las palabras indicadas para explicar el legado del francés. El 9 es el mejor compañero que te pueden tocar en la vida, un futbolista que hace de paracaídas y que puede aguantar todos los programas de centrifugados.
La tarde de despedidas en el Santiago Bernabéu arrancó con la soledad de Karim en el centro del campo. Con la mano vendada (sello personal), el brazalete de capitán en el brazo izquierdo y una mirada cargada de nostalgia a un estadio que le ha dado todo. El último baile de Karim Benzema en su casa sirve para lanzar una pregunta al aire: ¿hay algún madridista que no le eche ya de menos?
“Y con el número 9… ¡Karim Benzema!”, se cantó por última vez en el Santiago Bernabéu. Benzema recordará para siempre el minuto 72 tras firmar su último gol como futbolista del Real Madrid. El francés engañó desde los once metros a Unai Simón para firmar el 1-1, el último regalo de Karim al conjunto blanco para cerrar una era dorada. La celebración fue especial, con todo el estadio en pie, para despedirse como sólo él sabe hacerlo: perforando por última vez la portería rival. El francés levantó los brazos, dio una vuelta de 180º y le agradeció a su familia las 14 temporadas en las que ha sentido su cariño y respeto.
Nunca sabremos si estaba apalabrado el cambio, pero Carlo Ancelotti decidió cambiar al 9 nada más marcar su deseado tanto. Se marchó, por última vez, el 9 del Real Madrid. Entró en su lugar Modric, próximo capitán blanco, y la ovación fue inexpiable. Unos aplausos en los que se mezclaban el cariño, el respeto y la admiración por un futbolista que será uno de ellos para el resto de su vida. Karim se fundió en un abrazo con Ancelotti y saludó a todas las personas que estaban en el banquillo, staff técnico y compañeros, antes de sentarse para admirar el trabajo de 14 temporadas. Porque para una despedida así… uno ha tenido que hacer bien las cosas.
Con información de Marca